Por Juan Tomás Valenzuela
Después de aquel reportaje
que Alicia, hizo de este ofidio,
él viene y se busca a Lidio,
pá que con su tigueraje,
le haga a la medida un traje
de impunidad y corrupción,
como el que se hizo el guasón
que está al frente del Estado,
al buscarse a otro taimado
pá que apañe su gestión.
Gonzalo tuvo el tupé
(o a lo mejor fue Danilo)
de buscase a ese bandido
que llaman Lidio Cadet,
pá que diga “que lo que”
con la gestión de este Penco,
de sus contratos mostrencos,
en los que hasta Oscar Medina
hoyaba su propia mina,
siendo parte del elenco.
Hay que ser bien descarado
pá después de ser expuesto,
acudir a un deshonesto,
más perverso que avezado,
a que sirva de abogado
en su inefable gestión.
Y Lidio, que es un peón
de mucho peor calaña,
le santifica sus mañas
y las pone en atención.
La primera falta grave
en la carta de Gonzalo,
es buscá a este pejepalo
del cual ya todo se sabe,
para que venga y lo alabe,
diciendo que en su gestión,
si hubo un chin de corrupción,
eran gajes del oficio
y no ve ningún indicio
de que el Penco sea ladrón.
En medio de tó esta mierda
de denuncias y defensas,
la que brilla por su ausencia
es la prensa, burda y lerda.
Todos estos comemierda
qué hay al frente de los diarios,
en el rol parasitario
que asumen por palangrismo,
accionan con el cinismo
del que pende de un salario.
Juan de los Palotes
22 noviembre 2019